Hace algunos años, cuando por motivo de mi trabajo tenía que ir de vez en cuando a algunas de las fincas de los alrededores para efectuar suministros de mercancía con un camión, en uno de esos cortijos, después de efectuar la descarga regresaba a la carretera y me encontré la cancela de salida cerrada; volví al cortijo y se lo comenté a uno de los trabajadores para que me abrieran y el hombre me contestó: "Sí, un momento, que hay que decírselo al ingeniero". Yo regresé al camión, a esperar; cuando lo comenté a mi compañero lo que me habían dicho soltó una carcajada y, señalando un tractor cercano murmuró: "Jo, pues si para abrir un simple candado necesitan un ingeniero, para manejar ese armatoste el tío tiene que ser Premio Nobel, por lo menos"
Por la misma época salía un anuncio en la tele en el cual aparecía un niño de corta edad abriendo el grifo de la bañera; “casi no sabe andar, pero ya sabe abrir el agua caliente en su casa” (o algo por el estilo decía el anuncio publicitario). ¿Habrá alguien en este país que no sepa abrir un grifo o un candado? Deben de pensarlo así ciertos señores, ya que, hace algún tiempo salió una nueva ley para proteger y defender al consumidor. Esa ley obliga a tener en ciertos comercios una determinada serie de carteles, todos con el objeto informar al consumidor sobre distintos aspectos, así como para recordarle prohibiciones habituales en ciertos lugares. Me quedé alucinado cuando uno de esos carteles tenía que explicar como se abre un grifo; Sí, resulta que una de las preguntas del acta de inspección que le puede caer al comerciante es: ¿existen aparatos suministradores de agua? ¿Están claramente indicadas sus instrucciones de uso? Esto ya no es ni para cabrearse siquiera; es para llorar. Qué parte de los impuestos que pagamos se gasten en comprobar que en determinados comercios existe un cartel al lado del grifo que diga: “Para usar este suministrador de agua, gire la palanca lentamente a la derecha; tenga cuidado de no hacerlo bruscamente porque podría mancharse. Para cerrar, gire a la izquierda”, o algo así... Increible.
Por la misma época salía un anuncio en la tele en el cual aparecía un niño de corta edad abriendo el grifo de la bañera; “casi no sabe andar, pero ya sabe abrir el agua caliente en su casa” (o algo por el estilo decía el anuncio publicitario). ¿Habrá alguien en este país que no sepa abrir un grifo o un candado? Deben de pensarlo así ciertos señores, ya que, hace algún tiempo salió una nueva ley para proteger y defender al consumidor. Esa ley obliga a tener en ciertos comercios una determinada serie de carteles, todos con el objeto informar al consumidor sobre distintos aspectos, así como para recordarle prohibiciones habituales en ciertos lugares. Me quedé alucinado cuando uno de esos carteles tenía que explicar como se abre un grifo; Sí, resulta que una de las preguntas del acta de inspección que le puede caer al comerciante es: ¿existen aparatos suministradores de agua? ¿Están claramente indicadas sus instrucciones de uso? Esto ya no es ni para cabrearse siquiera; es para llorar. Qué parte de los impuestos que pagamos se gasten en comprobar que en determinados comercios existe un cartel al lado del grifo que diga: “Para usar este suministrador de agua, gire la palanca lentamente a la derecha; tenga cuidado de no hacerlo bruscamente porque podría mancharse. Para cerrar, gire a la izquierda”, o algo así... Increible.
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