EL PRECIO DE LOS CARBURANTES.


“Se reunieron catorce señores/ pa tratar de importantes cuestiones/ mire usté que gracia con lo que me salen…”
   Así comenzaba  un cuplé de una comparsa carnavalesca gaditana hace la tira de años; aunque criticaban algo que no tiene relación con el tema tratado aquí, el inicio de esa coplilla  sirve para entrar de lleno en el mismo,  y podría añadir alguna que otra frase  posterior, como “estas cosas me quitan el sueño, porque ya mas descaro no cabe”.
   Uno de los muchos problemas que nos acucian en esta crisis es el precio de los carburantes;  para estudiar estos elevados precios se han reunido una serie de señores y han llegado a la conclusión  de que para que bajen los precios hay que hacer dos cosas: bajar los márgenes de  beneficio de las gasolineras  y  multiplicar estas para que haya más competencia.
   Es la línea de exigir los esfuerzos a los más débiles en éste país, donde por una parte, del precio de cada litro de carburante un sesenta por ciento va a parar en impuestos a las arcas del Estado y el titular de la gasolinera es el que menos margen tiene  en esa tarta.
   Por otra parte, no es la primera vez que escucho lo de poner más gasolineras  para abaratar los precios;  si cada vez que ha habido una subida generalizada de precios, se hubieran puesto más gasolineras para contrarrestarla, habría más gasolineras que coches. Eso por un lado;  por otro lado, creo que  estos señores no saben, y eso incluye al ministro del ramo, cuánto cuesta instalar una gasolinera, no solo en dinero, sino en burocracia y quien se puede meter en ese fregado en estos tiempos de crisis, sin financiación y con un futuro incierto por delante.
   Y por último, y para finalizar, no son los gasolineros los que ponen los precios de la gasolina en este país,  así que, o se creen que somos tontos, o no saben de lo que están hablando;  ..."estas cosas me quitan el sueño, porque ya más descaro no cabe… "

SANGRE, SUDOR... Y PALABRAS.

"Sangre, sudor y lágrimas" fue una expresión usada por el Primer Ministro británico Churchill, en un contexto dramático como fue la Segunda Guerra Mundial; dijo que no tenía nada que ofrecer, aparte de eso.
Hoy en día, en un contexto también dramático, el de la terrible crisis que tenemos, nuestros políticos solo tienen una cosa que ofrecernos; "Sangre, sudor... y palabras". Nuestra sangre y nuestro sudor para salir de la crisis, y sus palabras. No hay más.
   Han hecho falta miles de desahucios de familias y algunos suicidios para que los dirigentes se hayan decidido a hacer algo para frenar este drama social, ayudando, eso sí, a los causantes del mismo, los bancos, para que no vayan a la quiebra. Tal y como dijo no hace mucho un cantante en televisión: "Si a una familia le va mal, viene el banco y le quita la casa; pero si a un banco le va mal, vamos todos y le ayudamos". Es tan injusto que las autoridades políticas se han visto desbordadas y no han tenido más remedio que actuar, como han actuado muchas otras veces, impulsados por el movimiento social generado y agenciándose los calificativos de "tarde, mal y nunca".
   En medio de ésta situación dramática, con seis millones de parados y un futuro oscurecido por recortes y austeridad que hace tambalearse el estado del bienestar, nuestros políticos pierden el tiempo en ese pozo sin fondo de gastos que es el Congreso en analizar las palabras de un ministro, lo que dijo, o no dijo o dejó de decir, que no sé porque lo dijo ni me interesa, y que igual lo dijo para eso, para distraer la atención de  los problemas reales (no me extrañaría), con un debate para reprobarle; otros se decantan por promover huelgas, como si toda la parafernalia que trae una huelga aparejada (deterioro de la economía, deterioro de la imagen, los piquetes informativos -que ya se los podían ahorrar, porque hoy en día hasta las mascotas de la casa están informadas de todo-, manifestaciones aprovechadas por los de siempre para extender algaradas callejeras, quema de mobiliario urbano y agresiones...) fuese la solución a los problemas que tenemos.
   Otros plantean separarse de España porque solos, como país, dicen que les iría mejor; y todos, planean, organizan y llevan a cabo una cumbre Iberoamericana que dicen que es muy importante... muy importante para gastar dinero público, blindar una ciudad, reunirse, hablar cuatro palabras y terminar con un comunicado de buenas intenciones, pocas ideas prácticas y ninguna solución para los problemas.
   Algo no está funcionando bien; es hora de que los líderes políticos, sindicales, financieros y sociales de Europa se reunan, estudien las causas de esta situación, busquen soluciones y exijan responsabilidades a los causantes; caiga quien caiga o quien tenga que caer. Mientras eso no ocurra, seguiremos cuesta abajo y sin frenos, dejandonos la piel en la subsistencia diaria y escuchando palabras... solo palabras.

INFORMACION SOBRE PUBLICIDAD

   Desde hace algunos días, al acceder a éste blog (y a algún otro que sigo), aparece publicidad al principio y al final del mismo (aunque creo que no con todos los ordenadores y/o navegadores; supongo que dependerá de versiones de ambos).
   En cualquier caso, esa publicidad, al menos en mi caso, no ha sido incluida en el blog por mí; debe de  haber sido puesta directamente por Blogger y no se si podré  quitarla.  Lo he intentado cambiando de plantilla y no hay manera; mientras estudio otra forma de eliminarla, e insisto, no se si podré, quede constancia de que no ha sido puesta ahí por el autor del blog.
   Saludos.

APUNTES DE LA HISTORIA XXXVIII. EN BUSCA DE RECURSOS.

  Navegando en los libros de historia me encuentro con la información de que durante los últimos años del siglo XVII,  el Estado español  vive en bancarrota permanente, debido a la guerra.  Los dirigentes de la época no ven ninguna forma de aumentar los ingresos;  congelar los salarios da malos resultados, suspender el pago a bancos y acreedores arruina a los banqueros y al Estado,  y pedir donativos  es una perdida de tiempo.  En 1692  se creó una “Junta de Medios”; el fin era recaudar dinero para la guerra. Su primera medida fue suspender los pagos  del Estado (pensiones, salarios, etc.), excepto los relacionados con la casa real y con la guerra, lo cual convirtió a la Junta inmediatamente  en impopular.
  La ruina del estado en la actualidad no ha venido por el mantenimiento de una guerra;  o al menos, no por una guerra con armas. La guerra ha sido financiera, pero el resultado es prácticamente el mismo, y, cosa curiosa, los que van a pagar el pato son prácticamente los mismos.  La cosa no ha variado mucho en estos siglos.
  Cualquier tiempo pasado...?
BY ANTONIO MORENO. Con la tecnología de Blogger.
 
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