ESPIONAJE CLASICO.

De vez en cuando, y esto no es nada nuevo ya que se está convirtiendo en un clásico, se desata un escándalo impactante que absorve nuestros pensamientos, apartándolos de los problemas que ha generado esta crisis y de la situación de despilfarro total que siguen llevando a cabo nuestros políticos con sus sueldos, prebendas y derroche de cargos innecesarios. Ahora le ha tocado el turno al espionaje, algo que ya ha rondado en alguna ocasión anterior por nuestras mentes; se ha desatado la polémica y la pelotera con el supuesto espionaje de USA a varios dirigentes de países aliados.
   Vamos a ver, esto ya cansa, por repetitivo; parece que hay una dosificación de escándalos, los tienen programados para darnos que pensar y olvidarnos de lo otro. Todos han espiado todo lo espiable y seguirán espiando, ¿alguien tiene alguna duda de ello? ¿Creen que van a dar una respuesta a todas esas llamadas a consulta de los embajadores? ¿Y creen que van a dejar de espiar? ¿Y creen que se trata de un asunto que les importe a los millones de personas que están en una situación desesperada?
   Para colmo, desde  Europa, esa Europa en la que tanto ansiábamos entrar y que ya  nos ha vapuleado  otra vez esta pasada semana, una comisión del parlamento europeo, que es una cámara de diputados  de más de setecientas personas con super-prebendas, va a ir a USA a pedir explicaciones sobre el asunto, osea, que se van a gastar un dineral en viaje, dietas, alojamiento, manutención y gastos varios (dineral que sale de nuestros bolsillos) para pasearse, escuchar lo que allí tengan que decirles, que será algo así como: "ustedes tranquilos, que nuestra acción derivada de la cuestión intrínseca referente a la movilidad contractual de la información inteligente revertirá en la consecución firme de nuestros comunes objetivos", (o sea, que no les van a decir absolutamente nada), mientras les dan una palmadita en la espalda, y volverán para lanzarnos un discurso típico políticamente correcto diciendonos... eso, nada.
   Pero mientras sí, mientras no... nuestro subconsciente se enreda imaginando a 007, o a Félix Leiter, su colega de la CIA, espiando los  recortes que nuestro presidente tiene guardados en la carpeta para el próximo Consejo de Ministros, todo ello aderezado con el asunto del "clásico", porque, ayer, vi comenzar las noticias en un canal de televisión y, después de una noticia del extranjero, el presentador decía... "pero si hay algo de lo que están pendientes millones de personas a ésta hora es del clásico...". Luego, por la noche, pude ver el inicio de las noticias en dos cadenas: la primera  en ambas fue el importantísimo resultado del "clásico".
   Todo muy clásico.

ADIOS, MANOLO.

 
Falleció Manolo Escobar a la edad de ochenta y dos años; gran cantante y gran persona que nos ha dado a los aficionados a la copla   emotivos momentos.  "Madrecita María del Carmen", "Porompompero", "Mi carro" o "Que viva España" son canciones españolas que perduraran para siempre gracias a la voz de este artista genial. Descansa en paz, Manolo; mi más sentido pésame a sus familiares y amigos y mi homenaje a una de las mejores voces del panorama musical español.

AQUELLAS SERIES DE TELEVISION (XXX). LOS PROTECTORES.

  
A lo largo de la historia de la pequeña pantalla las series se han salido en ocasiones de la rutina habitual donde eran policías o detectives los que luchaban contra el mal en todas sus facetas. "Los protectores" es un ejemplo de ello. Acción, suspense, lujo... De todo un poco en esta serie de los años setenta en la que  Harry Rule (Robert Vaughn) desde Londres, la condesa Carolina (Nyree Down), desde Roma y Paul Buchet (Tony Anholt), desde París, ejercían... pues eso, de protectores de la gente amenazada por la delincuencia, con su dosis habitual de humor y los extraños  artilugios inventados por uno de sus protagonistas, Paul.
   El tema musical de la serie fue numero uno de las listas británicas.
  

BYTES, DESDE ESA FOTO 32 AÑOS NOS CONTEMPLAN.


Estas  fotos fueron realizadas desde el mismo sitio, más o menos, con treinta y dos años de diferencia; las dos enfocan hacia la alameda de Benalup, cuando se está  celebrando el maratón de fútbol sala en la misma. La primera de ellas realizada a la una de la tarde  el mes de julio de 1981, con una cámara analógica, en una época en la cual había que esperar días, o meses, para poder ver la foto obtenida, después de agotar el carrete y efectuar el correspondiente revelado, sin saber si las tomas habían salido bien o no. El revelado de éstas fotos también evolucionó lo suyo: aparecieron empresas que realizaban el revelado en veinticuatro horas y, posteriormente,  podíamos ver máquinas que  lo hacían en tan solo una hora.
   Pero llegaron los bytes a sustituir al veterano "carrete".
   La segunda foto está tomada pasadas las diez de la noche del reciente mes de julio de 2013, y no es siquiera  con una cámara de fotos, sino con un móvil de última generación, capaz de, una vez realizada la toma, enviarla al último rincón del planeta en unos segundos.
   Son dos momentos de la historia; de la historia de Benalup, de la historia de la tecnología y de mi propia historia y, lógicamente, para mi cargados de significado.
   Si en estos treinta y dos años ha evolucionado tanto el mundo de la fotografía (y de la tecnología en general), me gustaría ver como serán las cosas dentro de otros treinta y dos, pero no está muy claro que yo esté aquí para esa fecha.
   Lo que sí es seguro es que, si la cosa sigue como va, habrá nuevas maravillas tecnológicas y electrónicas de las que disfrutar y con las cuales poder seguir escribiendo (y comparando) la historia.

EDUCACION, OTRA ASIGNATURA PENDIENTE.

 
 La educación, uno de los pilares básicos de la sociedad, lleva muchos años en el ojo del huracán, debido a esa guerra,muchas veces treatro,  que se traen los partidos políticos. En cada legislatura, o en cada periodo de gobierno del partido que sea, se forma una pelotera en torno a la reforma, sustitución o remodelación de la ley educativa en vigor. Y, por si esto fuera poco, en cada autonomía tienen sus propias disquisiciones al respecto, gobierne el partido que gobierne.
   En medio de ese huracán hay una comunidad educativa que se las ve y se las desea para ejercer su trabajo y una comunidad  escolar que tiene que caminar al son que toque el político de turno.
  Las cosas han cambiado mucho, desde mi época de escolar; por aquel entonces, la educación obligatoria era la EGB. Algunos no la acababan, porque antes de los catorce años, que es la edad a la que finalizaba ese periodo, tenían que marcharse a trabajar ya que sus familias no tenían dinero para comer.
   Finalizada la Básica, tuve oportunidad de estudiar  en un Centro de Formación Profesional recién abierto, que era una sección de otro Centro y donde, a lo largo de todo un año, tuvimos que dar clase en un pasillo ancho, donde se había instalado una pizarra y donde para mitigar el calor en verano se abrían las ventanas y para mitigar el frió en invierno no había solución, salvo la que aportó un compañero electrónico de hacer estufas con un ladrillo y una resistencia, opción que no llegó a ponerse en práctica por falta de medios.
   Yo no he entrado a estudiar en profundidad las leyes educativas que hemos tenido ni la que tenemos, ni puedo saber si es buena o es mala, porque son muchos los factores que pueden provocar el fracaso escolar y entiendo que no todo va a ser responsabilidad de la ley. La responsabilidad de la educación está repartida entre la ley, que tiene que proporcionar los medios adecuados y los sistemas idóneos,  padres y profesores, que tienen que hacer bien su trabajo,  y el alumno, que tiene que poner de su parte el esfuerzo necesario para aprender y sacar adelante el curso.
   Pero, dejando de lado opiniones  y experiencias sobre la carrera escolar, pienso que la educación no se merece el triste espectáculo que se da en todas las legislaturas; es necesario que una representación de todos los implicados, democráticamente elegida, se sienten en una mesa, mas pronto que tarde y, como si de redactar una Constitución se tratara (que se hizo), redacten una ley de educación, dejando de lado el partidismo y los intereses personales, y quede ahí plasmada, durante una generación, gobierne quien gobierne. Transcurridos esos veinticinco años, nueva reunión, para analizar lo que ha ido bien o ha ido mal y corregir lo que sea necesario y adaptarla a los nuevos tiempos. Puede que veinticinco años  sean muchos, quizá la mitad esté bien, pero lo que no podemos seguir es con esta guerra viva, año tras año, curso tras curso, jugando con la educación y el futuro de los jóvenes.
   Es otra asignatura pendiente de las que tenemos en España, pero sigue pasando un septiembre tras otro y no la recuperamos. No nos dejan.

 
BY ANTONIO MORENO. Con la tecnología de Blogger.
 
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