ESTADO DE DERECHO

Hace treinta años, cuando yo era joven y casi indocumentado, en una charla sobre noticias de actualidad, en una de las clases del Instituto de Formación Profesional al que asistía, un compañero le hizo al profesor la siguiente pregunta:”¿Por qué en Estados Unidos se le pega un tiro a un terrorista y se le “quea” “dao” y aquí en España se forma tanto jaleo?
Era una pregunta lógica para los que veíamos con estupor como muchos políticos defendían los derechos de aquellos que se habían convertido en asesinos matando hombres, mujeres y niños sin ningún escrúpulo ni miramiento.
Poco a poco yo aprendí que esa era la mecánica del Estado de Derecho; y tuve que tragarme el estupor y aceptar que los políticos defendieran los derechos de todos aunque no se lo merecieran; hoy en día, no estoy dispuesto a tragar más estupor y sí a pregonar mi indignación frente a dos hechos acaecidos recientemente. El primero, la puerta en libertad “por humanidad”, de un terrorista que se encontraba en huelga de hambre. El individuo asesinó a veinticinco personas, se siente orgulloso de ello, no se arrepiente y encima, el estado de derecho, lo pone en libertad “por humanidad”.
Pues yo digo, y lo afirmo con toda rotundidad, que el Estado de Derecho ya fue muy humano y generoso con él: se le detuvo, se le hizo un juicio justo y se le condenó a una pena de prisión irrisoria, cuando no merecía nada de eso.
En segundo lugar, y la cosa va con este mismo terrorista, ahora resulta que el Estado de Derecho no tiene medio de evitar que viva junto a los familiares de aquellos a los que asesinó; por si ello fuera poco, el tipo vuelve a ponerse en huelga de hambre porque hay una presión mediática contra él y, en el colmo de la desfachatez, los políticos de turno le defienden diciendo que se está produciendo un acoso hacia una persona que ya cumplió su deuda con la sociedad o con la ley.
Basta, señores, no estoy dispuesto a tragar más estupor; los dedos que escriben estas letras golpean con furia el teclado a causa de la ira. Ya es hora de llamar a las cosas por su nombre y actuar en consecuencia: el tipo es un asesino, mató a veinticinco personas, y ya que nuestra miserable legislación no contempla que se pudra en la cárcel, ni las lumbreras de los sucesivos gobiernos, que sabían que esto iba a ocurrir más pronto que tarde no han hecho nada para impedirlo, que se empleen todos los medios al alcance del Estado de Derecho, de los ciudadanos, de los medios de comunicación, de todos... para hacerle la vida imposible. Y no me vengan con que tiene sus derechos: un tío que ha matado a veinticinco personas y se jacta de ello no tiene derechos. Yo se los quitaba todos, salvo el de la vida, ya que no soy partidario de la pena de muerte, pero si de la cadena perpetua, o por lo menos, de cincuenta años de cárcel en vez de dieciocho. Pero éste país es así, el tipo saldrá de la cárcel, vivirá donde quiera, como el otro que vive al lado de la viuda de su víctima y los políticos solo tienen dos palabras para justificar esto:”Estado de Derecho”.
Pues bien, les recuerdo que el “Estado de Derecho” es para todos; y si el Estado de Derecho fue bueno para con el terrorista y le garantizó sus derechos, que sea bueno ahora con las víctimas y no permita que el que destrozó sus vidas viva ahora jactándose de ello a su lado. Pero estos políticos y periodistas que defienden sus derechos olvidan que el Estado de Derecho no puede garantizar a la víctima unos derechos que al terrorista si les garantiza.
Por otra parte, cabe preguntarse, ¿qué es lo que esperaba este individuo después de matar a veinticinco personas? ¿Salir de la cárcel e irse a vivir tan tranquilo presumiendo de su pasado? Por favor, ¿hasta donde vamos a llegar en ésta sinrazón?

EL SARGENTO "ROMERON" Y EL NIÑO MOSCARDON.

Parece que algunos tardan mas que otros, pero al final, todos acaban encontrando “la horma de su zapato”; me refiero a los que van de “chulos” por la vida, chulería que amparan en cierta superioridad que ellos consideran tienen debido a cualquier circunstancia. Eso es lo que le pasó a aquel niño que era un incordiante “moscardón”; se trataba del hijo del coronel del regimiento, que andaba siempre dando la tabarra a todo el mundo y si alguien osaba regañarle enseguida amenazaba con decírselo a su padre. Era obvio que el niño sabía que su padre era el que “repartía el bacalao” en el cuartel; pero cierto día topó con el sargento Romero. El sargento Romero llevaba más años de “mili” que el palo de la bandera; era un tipo alto y corpulento al que llamaban “Romerón” por su porte y su presencia. Aquel día, Romerón estaba apoyado sobre una de las columnas que había a la entrada del cuartel, cuando llegó el “moscardón” y empezó a tirarle bolitas con el capuchón hueco de un bolígrafo. Como no le daba, el niño se acercó sigilosamente a él por detrás y le dio un “cogotazo”. Romerón se volvió tranquilamente, le miró y, sin pensarlo dos veces, le dio al niño una torta con su “pedazo de manopla” que lo puso mirando para Rota. Cuando el niño asimiló que le habían arreado una “guaya”, le señaló con el dedo, mientras decía, furioso:”me ha pegado, me ha pegado; se lo voy a decir a mi padre”.Y Romerón, sin inmutarse y sin moverse del sitio, le contestó: “Díselo a tu padre, corre; y a ti te he dado una torta, pero a tu padre le voy a dar dos”.
Y ahí se acabó la chulería del “moscardón”; cuando el niño vio que le pusieron la cara como un pimiento morrón, y encima el autor de tal barrabasada le dijo que le iba a zurrar también al padre, debió de pensar sin duda que a Romerón no le importaba en absoluto que su padre fuese el coronel, y nunca jamás volvió a incordiar a nadie en el Regimiento, no fuera a ser que hubiese otros “Romerones” dispuestos a ponerle en su sitio. No se puede decir que el método de Romerón fuese admisible (indudablemente había otros sistemas de acabar con la chulería sin calentarle la cara al “angelito” y el Sargento Romerón debería haber sido detenido por maltrato infantil), pero el caso es que el niño encontró “la horma de su zapato”. Sean más o menos ortodoxos los sistemas, o más o menos diplomáticos, la cuestión es que, a todos los que van avasallando con chulería por la vida les llega la hora de encontrarse con “el sargento Romerón”, a veces no en forma de bofetada física.

XV CERTAMEN DE BAILES REGIONALES

Ayer se celebró en la alameda el XV certamen de bailes regionales; como padre de una de las niñas que bailó sobre el escenario, agradezco a la organización y al Ayuntamiento, equipo técnico y demás, la celebración de este evento, pero quiero resaltar que algunas cosas no están bien, y comentarles para que, en años venideros se solucionen, porque, puedo pasar por alto que en el cartel anunciador del certamen situado al lado del escenario hubiera puesto X en vez de XV, o que en los diplomas concedidos a los participantes ponga “precente” en vez de “presente”, pero lo que no me parece bien es lo siguiente:
· Que empiece a las cinco de la tarde, en pleno Julio con todo el calor y el solazo que hace; por favor, un par de horitas más tarde, en la tarde-noche, con la fresca.
· Que se prolongue hasta tan tarde, haciendo participar dos veces a los grupos, cuando hay muchos niños que son pequeños y que no pueden aguantar hasta las tantas, para poder ver la finalización del certamen y recoger el diploma que tanta ilusión le hace. Por lo menos, los pequeños, que bailen una vez y les den el diploma, y luego sigan los grupos mayores hasta el final.
· Que se esté a expensas de lo ordene la iglesia católica; ayer tuvimos que interrumpir el certamen porque había una boda, luego por la misa y después por un bautizo. En primer lugar, creo que cerrando las puertas (porque dentro tienen ventiladores) el culto se puede celebrar sin problemas por el ruido que haya fuera. En segundo lugar, si fuera una misa de difunto o un funeral, sería perfectamente lógico que se interrumpiera el acto, pero en los casos de ayer, todos motivos de alegría, no creo que fueran necesarias esas interrupciones, cuando dentro, repito, hay ventilación y acústica.

¿Y DICES QUE TU VECINO ES EXTRANJERO?

En una revista editada por el CEIP Padre Muriel, repartida a los niños el día de la entrega de las notas, en una página dedicada a la poesía, viene el siguiente texto (espero que no tenga copyright):
INTERCULTURALIDAD
Tu dios es judío;
Tu música negra;
Tu coche japonés;
La pizza que comes, italiana;
El gas que llega a tu cocina, argelino;
Esta democracia tiene raíces griegas;
Tus vacaciones las planeas en Marruecos;
Los números con los que calculas, son Árabes;
Las letras que escribes son latinas...
¿y dices que tu vecino es extranjero?

Estas palabras encierran todo un reto que tiene la sociedad en la que vivimos actualmente: la inmigración. Decantándose, como podemos observar, por abrir las puertas a los inmigrantes, recibirles con los brazos abiertos y no discriminarles.
Pero las cosas no son tan sencillas como parecen; muchas personas ven con recelo la presencia de inmigrantes. No porque sean racistas, sino porque ven como vapulean sus puestos de trabajo. Por otra parte, otros opinan que los inmigrantes son necesarios para mantener la pirámide de producción con una base amplia que trabaje y cotice a la seguridad social. Pero, de momento, yo no veo que esto sea así, porque desde hace varios años escucho hablar del “pleno empleo”, pero siempre hay de dos millones de parados para arriba.
El resumen de todo este cacao de la inmigración es que los gobiernos, como siempre, lo están haciendo mal; primero, porque habría que ayudar a los países de procedencia para que esta gente pudiera buscarse la vida en su país; segundo, porque sus gobiernos están más preocupados en enriquecerse que en evitar que sus súbditos emigren a otros países: el pensamiento es filosófico: “Cuantos menos seamos aquí, mejor”. Y así, las mafias que les cobran a los inmigrantes por traerles a una “vida de ensueño”, campan a sus anchas en cualquier país del tercer mundo sin ningún tipo de impedimento. ¿Cómo se soluciona esto?
No hay solución; seguiremos dando tumbos, seguiremos poniendo parches, los solidarios seguirán siendo solidarios y los insolidarios insolidarios, los gobiernos echando tierra sobre el asunto y los inmigrantes y los residentes pagando los platos rotos.
BY ANTONIO MORENO. Con la tecnología de Blogger.
 
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