No es la primera vez que escrito sobre este aparato; ya lo hice una vez cuestionando su utilidad y alguien me puso un comentario diciendo (en resumen) que los experimentos se hacen y los resultados no son predefinidos, sino post-definidos. Mi queja era que por lo visto la maquina había costado cuatro mil millones de euros, creo recordar, y lo que pretendían averiguar era si el mundo lo creó Dios o fue fruto del Big Bang. Bueno, el gigantesco acelerador de partículas parece ser que se había averiado y ha permanecido apagado desde poco después de su puesta en marcha; en noviembre reanudará sus operaciones con menor nivel de energía. Solo nueve días después de su puesta en marcha se sobrecalentó y hubo que apagarlo; ahora, funcionando con menor energía, permitirá a los operadores adquirir experiencia para manejarla de forma segura y, a partir de ahí, con esa experiencia, la energía se elevará otra vez.
Esperemos que, tal como nos han asegurado, el proyecto funcionará sin problemas cuando sea reiniciado; y, sobre todo, espero poder ver resultados aplicados a la ciencia para la mejora de la calidad de vida humanas antes de jubilarme.
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