SOLIDARIDAD: "Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros." (Diccionario RAE)
La solidaridad con los países del tercer mundo, o con aquellos que no han alcanzado un desarrollo similar al nuestro, ha sido corrompida por la política; es decir, intereses políticos demandan una solidaridad que no deberíamos dar, primero, porque lo que piden no es solidaridad, sino hacen teatro pidiéndola para hacer el papel y segundo porque esa solidaridad que se da no es tal, sino hacer auténticamente el tonto, así de claro.
Vamos a ver, señores políticos listos que piden solidaridad a raudales para con los extranjeros: si viene a vuestra casa un necesitado, le dais todo lo que necesita, le recibís como a uno más y luego el individuo os agrede, os roba u os hace algo peor, ¿no le dais una patada donde más duele y le echáis?
Pues exactamente lo contrario es lo que hacemos aquí, en España; recibimos a un extranjero, le integramos, le damos asistencia en la seguridad social, le damos el paro cuando lo necesita (eso es solidaridad); pero luego resulta que el chico comete un delito, grave.
Y le seguimos dando solidaridad (esto ya no es solidaridad, es hacer el tonto, que se le da muy bien a ciertos políticos solidarios o a ciertos solidarios políticos) ; le tenemos algún tiempo en la cárcel y luego, cuando sale a la calle, le seguimos dando solidaridad. Y entonces el chico, que ya ha visto la “madera solidaria” que tenemos, comete un delito más grave: comete un asesinato.
Pues bien, señores, bajo mi punto de vista, a este individuo que también hemos recibido y que tan mal se ha portado, si cuando cometió el primer delito grave, y una vez pagada la deuda (leve pago el que imponen aquí en éste país, por cierto), se le hubiera dado una patada en el trasero (y esto es una expresión, que conste, que yo de violento no tengo nada) y se le hubiera mandado a su país, en éste, en el nuestro, en la España solidaria, habría un muerto menos, un asesinato menos, una persona que aún estaría viva.
Así de claro; así que recae sobre sus conciencias, sobre las conciencias de todos aquellos que no han creado una ley para expulsar a los delincuentes extranjeros, recae, no el hecho de que el 37% de la población reclusa española sea extranjera y nos gastemos los cuartos en darles de comer a ellos, (que también); recae el hecho de que por no haberle expulsado una persona ha muerto. Ustedes, ¿de que forma piensan? ¿Se creen que todo el mundo es bueno? ¿Se creen que aquí todos somos tontos? ¿O se creen que aquí tenemos que acoger también a los que asesinan y darles unas palmaditas y decirles “tranquilos..., dieciocho añitos de cárcel y a la calle, a seguir matando? Ustedes, ¿de que van, con tanta falsa solidaridad?
Vamos a ver, señores políticos listos que piden solidaridad a raudales para con los extranjeros: si viene a vuestra casa un necesitado, le dais todo lo que necesita, le recibís como a uno más y luego el individuo os agrede, os roba u os hace algo peor, ¿no le dais una patada donde más duele y le echáis?
Pues exactamente lo contrario es lo que hacemos aquí, en España; recibimos a un extranjero, le integramos, le damos asistencia en la seguridad social, le damos el paro cuando lo necesita (eso es solidaridad); pero luego resulta que el chico comete un delito, grave.
Y le seguimos dando solidaridad (esto ya no es solidaridad, es hacer el tonto, que se le da muy bien a ciertos políticos solidarios o a ciertos solidarios políticos) ; le tenemos algún tiempo en la cárcel y luego, cuando sale a la calle, le seguimos dando solidaridad. Y entonces el chico, que ya ha visto la “madera solidaria” que tenemos, comete un delito más grave: comete un asesinato.
Pues bien, señores, bajo mi punto de vista, a este individuo que también hemos recibido y que tan mal se ha portado, si cuando cometió el primer delito grave, y una vez pagada la deuda (leve pago el que imponen aquí en éste país, por cierto), se le hubiera dado una patada en el trasero (y esto es una expresión, que conste, que yo de violento no tengo nada) y se le hubiera mandado a su país, en éste, en el nuestro, en la España solidaria, habría un muerto menos, un asesinato menos, una persona que aún estaría viva.
Así de claro; así que recae sobre sus conciencias, sobre las conciencias de todos aquellos que no han creado una ley para expulsar a los delincuentes extranjeros, recae, no el hecho de que el 37% de la población reclusa española sea extranjera y nos gastemos los cuartos en darles de comer a ellos, (que también); recae el hecho de que por no haberle expulsado una persona ha muerto. Ustedes, ¿de que forma piensan? ¿Se creen que todo el mundo es bueno? ¿Se creen que aquí todos somos tontos? ¿O se creen que aquí tenemos que acoger también a los que asesinan y darles unas palmaditas y decirles “tranquilos..., dieciocho añitos de cárcel y a la calle, a seguir matando? Ustedes, ¿de que van, con tanta falsa solidaridad?
Como en éste país etiquetamos rápidamente al personal ahora quizás me tacharán de insolidario y racista, pero no soy ni una cosa ni la otra; lo único que pasa es que estoy harto de que los intereses políticos de unos y otros hayan corrompido la propia política y amenazen con corromper también lo que no queda corrupto de la sociedad.
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