Después de los ríos de tinta que han corrido sobre la crisis (y siguen corriendo), no sabemos cuando se va a acabar, ni como; uno ya se pone a cavilar cuando escucha cualquier cosa. He oído echar la culpa de la crisis al gobierno, a la oposición, a los Ninja, a los bancos, a los empresarios... Por eso trato de procesar todas las informaciones para encajarlas, poder desenredar la madeja y tratar de vislumbrar el fin de la crisis. Ayer escuché la teoría de que la crisis es culpa de los nuevos ricos, que no han sabido continuar con la línea trazada por los ricos de siempre de que a los pobres hay que alimentarlos para que no alboroten (todo el mundo sabe que las masas enfurecidas pueden arrasar con todo y acabar con la estabilidad para todos incluidos los ricos). Esto me recordó una frase que, para afirmar que nada ha cambiado y todo sigue igual en lo que se refiere a pobres y ricos, suele repetir con frecuencia un amigo mío:"El clero seguirá siendo el clero y la burguesía la burguesía". El pensamiento es libre y las teorías fluyen, nacidas de una palabra, un informe, una idea o un comentario que alguien escuchó en un reportaje, en la tele, en la calle o en el cine, pero sería muy triste que en pleno siglo XXI lo que comentaba ésta persona fuera cierto.
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