Era una pregunta lógica para los que veíamos con estupor como muchos políticos defendían los derechos de aquellos que se habían convertido en asesinos matando hombres, mujeres y niños sin ningún escrúpulo ni miramiento.
Poco a poco yo aprendí que esa era la mecánica del Estado de Derecho; y tuve que tragarme el estupor y aceptar que los políticos defendieran los derechos de todos aunque no se lo merecieran; hoy en día, no estoy dispuesto a tragar más estupor y sí a pregonar mi indignación frente a dos hechos acaecidos recientemente. El primero, la puerta en libertad “por humanidad”, de un terrorista que se encontraba en huelga de hambre. El individuo asesinó a veinticinco personas, se siente orgulloso de ello, no se arrepiente y encima, el estado de derecho, lo pone en libertad “por humanidad”.
Pues yo digo, y lo afirmo con toda rotundidad, que el Estado de Derecho ya fue muy humano y generoso con él: se le detuvo, se le hizo un juicio justo y se le condenó a una pena de prisión irrisoria, cuando no merecía nada de eso.
En segundo lugar, y la cosa va con este mismo terrorista, ahora resulta que el Estado de Derecho no tiene medio de evitar que viva junto a los familiares de aquellos a los que asesinó; por si ello fuera poco, el tipo vuelve a ponerse en huelga de hambre porque hay una presión mediática contra él y, en el colmo de la desfachatez, los políticos de turno le defienden diciendo que se está produciendo un acoso hacia una persona que ya cumplió su deuda con la sociedad o con la ley.
Basta, señores, no estoy dispuesto a tragar más estupor; los dedos que escriben estas letras golpean con furia el teclado a causa de la ira. Ya es hora de llamar a las cosas por su nombre y actuar en consecuencia: el tipo es un asesino, mató a veinticinco personas, y ya que nuestra miserable legislación no contempla que se pudra en la cárcel, ni las lumbreras de los sucesivos gobiernos, que sabían que esto iba a ocurrir más pronto que tarde no han hecho nada para impedirlo, que se empleen todos los medios al alcance del Estado de Derecho, de los ciudadanos, de los medios de comunicación, de todos... para hacerle la vida imposible. Y no me vengan con que tiene sus derechos: un tío que ha matado a veinticinco personas y se jacta de ello no tiene derechos. Yo se los quitaba todos, salvo el de la vida, ya que no soy partidario de la pena de muerte, pero si de la cadena perpetua, o por lo menos, de cincuenta años de cárcel en vez de dieciocho. Pero éste país es así, el tipo saldrá de la cárcel, vivirá donde quiera, como el otro que vive al lado de la viuda de su víctima y los políticos solo tienen dos palabras para justificar esto:”Estado de Derecho”.
Pues bien, les recuerdo que el “Estado de Derecho” es para todos; y si el Estado de Derecho fue bueno para con el terrorista y le garantizó sus derechos, que sea bueno ahora con las víctimas y no permita que el que destrozó sus vidas viva ahora jactándose de ello a su lado. Pero estos políticos y periodistas que defienden sus derechos olvidan que el Estado de Derecho no puede garantizar a la víctima unos derechos que al terrorista si les garantiza.
Por otra parte, cabe preguntarse, ¿qué es lo que esperaba este individuo después de matar a veinticinco personas? ¿Salir de la cárcel e irse a vivir tan tranquilo presumiendo de su pasado? Por favor, ¿hasta donde vamos a llegar en ésta sinrazón?
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