Hace un montón de años, cuando la tele era en blanco y negro, me encontraba trasteando una radio para intentar arreglarla (mi afición a la electrónica ya despuntaba), mientras alguien de mi familia veía la tele; estaban emitiendo una película, aunque yo no prestaba atención, hasta que escuché algo que me hizo girar la cabeza y fijar la vista en la pantalla. Había una boda, y el que oficiaba la ceremonia dijo una de las frases de rigor, pero “ligeramente” cambiada: “Si alguien conoce algún motivo por el cual no deba celebrarse esta boda que lo diga ahora... y será enterrado con todos los honores.”
La frase quedaba explicada al ver quien era el que contraía matrimonio: Pancho Villa, un revolucionario cuyo verdadero nombre era Doroteo Arango Arámbula, bandido antes de convertirse en revolucionario que durante años estuvo luchando hasta su asesinato en una emboscada en 1923.
Pancho Villa fue un gran estratega militar; entre sus actuaciones cuentan que en cierta ocasión puso sombreros sobre una serie de estacas para hacer creer a sus enemigos que tenía un contingente mayor; el truco dio resultado y éstos se retiraron. Otra audaz acción fue la toma de ciudad Juárez, después de asaltar dos trenes de carbón y dirigirse hacia la ciudad en ellos con la caballería a ambos lados, enviando mensajes en las estaciones por donde pasaba fingiendo ser el oficial a cargo de los ferrocarriles.
Durante sus acciones se hacía acompañar por corresponsales, concedió innumerables entrevistas e incluso firmó con Hollywood para filmar sus batallas; en los tiempos en que tuvo en sus manos alguna administración realizó acciones tales como imponer controles de precios, abrir escuelas, canalizar los impuestos de la guerra para abastecer a la población de productos básicos, imponía restricciones al consumo de alcohol...
En definitiva, tuvo una azarosa vida plagada de batallas y una decisiva influencia en la política mexicana de la época; lo que no sé es si sería cierta la escena de la película que comentaba al principio, aunque, por el número de veces que dicen se casó (75 veces) no me extrañaría nada que en alguna de ellas se hubiese pronunciado esa frase.
La frase quedaba explicada al ver quien era el que contraía matrimonio: Pancho Villa, un revolucionario cuyo verdadero nombre era Doroteo Arango Arámbula, bandido antes de convertirse en revolucionario que durante años estuvo luchando hasta su asesinato en una emboscada en 1923.
Pancho Villa fue un gran estratega militar; entre sus actuaciones cuentan que en cierta ocasión puso sombreros sobre una serie de estacas para hacer creer a sus enemigos que tenía un contingente mayor; el truco dio resultado y éstos se retiraron. Otra audaz acción fue la toma de ciudad Juárez, después de asaltar dos trenes de carbón y dirigirse hacia la ciudad en ellos con la caballería a ambos lados, enviando mensajes en las estaciones por donde pasaba fingiendo ser el oficial a cargo de los ferrocarriles.
Durante sus acciones se hacía acompañar por corresponsales, concedió innumerables entrevistas e incluso firmó con Hollywood para filmar sus batallas; en los tiempos en que tuvo en sus manos alguna administración realizó acciones tales como imponer controles de precios, abrir escuelas, canalizar los impuestos de la guerra para abastecer a la población de productos básicos, imponía restricciones al consumo de alcohol...
En definitiva, tuvo una azarosa vida plagada de batallas y una decisiva influencia en la política mexicana de la época; lo que no sé es si sería cierta la escena de la película que comentaba al principio, aunque, por el número de veces que dicen se casó (75 veces) no me extrañaría nada que en alguna de ellas se hubiese pronunciado esa frase.
0 COMENTARIOS:
Publicar un comentario