Se ha celebrado la XVIII fiesta de la Independencia en Benalup; definitivamente esto se nos ha ido de las manos. Recuerdo que me lo apunté yo mismo en un artículo hace unos años, pero hace esos años lo que yo escribía no lo podía publicar porque no existían los blogs. Tiene que andar perdido en un rincón de alguno de los discos duros de los ordenadores que he tenido últimamente, pero no tengo tiempo de buscarlo.
Antes que nada, acabo de leer la entrada de Salus en su Blog “Desde la historia de Casas Viejas” titulada “Las peleas de la Independencia” y estoy completamente de acuerdo con él en los dos aspectos en los que incide: primero, la apertura de un debate. Tenemos que hablar sobre la celebración de ésta fiesta, su desarrollo y sus consecuencias y deben participar todos los sectores implicados para sacar ideas, conclusiones y acciones que reorienten la fiesta de la independencia. Segundo potenciar los actos culturales. Tenemos que dar a conocer nuestra historia, la singladura de la independencia y sus protagonistas.
En otro aspecto, pienso que la fiesta debería ser reducida a un solo día, donde tuviéramos la suelta de novillos por la mañana en el lugar donde actualmente se realiza y el concierto por la tarde, en el recinto ferial, donde hay un espacio suficientemente grande para la gran afluencia de personas. Hay incluso gente que piensa que se debería realizar en un día entre semana en festivo local para que fuera sólo para los de Benalup, ya que dicen nuestro pueblo no tiene infraestructura para acoger tanto visitante, aunque yo no llego tan lejos; el caso es que he visto, como siempre, el centro histórico del pueblo convertido en un gigantesco “botellón”, con todas sus consecuencias.
En fín, espero que se abra el debate propuesto por Salus y que fructifique , porque de seguir esto así va a degenerar algún día en consecuencias nefastas.
Las breves imágenes de muestra han sido tomadas con la incomodidad con que la mayoría de las veces veo los dos eventos el poco tiempo que asisto a ellos: las del novillo en volandas con medio pie apoyado en el barandal de respaldo de los asientos de la alameda, una rodilla sobre el arbol y el móvil en ristre a ver lo que captaba; la del concierto desde una esquina, “apretado” entre la gente y sin ver apenas el escenario, así que me no tardé mucho en irme.
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