Repasar el libro de la historia da escalofríos en ocasiones, por las tragedias que han azotado el mundo de uno u otro signo, con algunas de las cuales Cádiz, la ciudad más antigua de occidente y su provincia, también entró en la historia. En enero de 1933 la tragedia azotó nuestro pueblo, Casas Viejas, un hecho que impactó a toda España por la barbarie cometida en la, en aquel entonces, aldea azotada por el hambre y la dictadura caciqueril; el 18 de agosto de 1947 una terrible explosión sacude la ciudad de Cádiz, barajándose varias hipótesis sobre el origen de la catástrofe: la explosión de un contenedor de cargas de profundidad en la base de defensa submarina, la explosión de minas submarinas en un pabellón donde se almacenaban o una deflagración de gasógeno en los astilleros. Al parecer, la primera versión fue la acertada; años atrás, el 14 de febrero de 1779, en una época en la que se desarrolla una ampliación, mejora y dotación de medios técnicos de los puertos comerciales, en una inauguración en el Puerto de Santa María cede el puente sobre el Guadalete y mueren cuatrocientas trece personas.
Las catastrofes, por causas naturales, por accidentes, o por barbaries de la raza humana no han dejado de sacudir España y el mundo, a pesar de de los avances tecnológicos, de la prevención en riesgos laborales y del desarrollo de la sociedad, pero no podemos dejar de seguir luchando en todos los campos.
Las catastrofes, por causas naturales, por accidentes, o por barbaries de la raza humana no han dejado de sacudir España y el mundo, a pesar de de los avances tecnológicos, de la prevención en riesgos laborales y del desarrollo de la sociedad, pero no podemos dejar de seguir luchando en todos los campos.
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