¿TRUCO O TRATO?

Suena el portero automático; tengo que dejar de hacer de electricista improvisado (arreglando la lámpara del pasillo, que ya comenté que en la vida hay que desempeñar todos los oficios), bajar las escaleras y descolgar el telefonillo.
- ¿Quien es? -pregunto.
Y se oyen varias voces que dicen al unísono, pero no a coro:
- ¿Truco o trato?
- ¿Que qué? -vuelvo a preguntar un poquito cabreado, pensando que se trata de una broma y me han hecho bajar para nada-. ¿Quien es?
Y el coro de voces me repite lo mismo: ¿truco o trato?
Pulso el botón para abrir el portillo y salgo a la calle; me encuentro varias niñas vestidas de bruja y con algo parecido a una calabaza en las manos que me repiten la misma pregunta.
- ¡La leche, Hallowen! -recuerdo; y cojo y les echo una porción de caramelos a cada una en su calabaza; me dan las gracias y se van tan felices.
Y yo vuelvo a mis quehaceres de electricista, pensando que, cuando yo tenía esa edad no había Hallowen.
Bueno, ni Hallowen, ni Papa Noel, por no hablar del montón de cosas que tienen los niños de hoy que entonces no existían; pero, poco a poco nos van metiendo tradiciones de otros países. A este paso acabaremos celebrando el cuatro de Julio, el día de acción de gracias y todo lo que celebran los americanos, que para eso son los número uno del mundo (ya lo decía la comparsa "Raza Mora" allá por los ochenta "América en la luna tiene una bandera y mire donde mire siempre es la primera"). ¡Si hasta consiguieron que uno de nuestros presidentes hiciera footing, igual que hacia el suyo!
Y ahora que las relaciones están a partir un piñón, ¿quien sabe? Lo mismo convertimos el base-ball en nuestro deporte nacional.