Está en proyecto incluir en una de las asignaturas de la ESO la "Educación Financiera"; esta parte de la asignatura en cuestión enseñará a los escolares varios temas "financieros" con los que unos cuantos años más tarde tendrán que lidiar, como por ejemplo qué es una hipoteca y su funcionamiento, la utilización de una tarjeta de crédito o de una cuenta corriente bancaria (entre otras cosas, supongo). Todas esas cosas las he aprendido en la vida a base de sumergirme en ellas y ponerlas en práctica cuando las he necesitado, aunque confieso que no me habría venido mal conocerlas de antemano desde los catorce o quince años; está claro que la educación es uno de los pilares fundamentales en la vida de una persona, así que estoy de acuerdo con este "trozo de asignatura", para la cual formarán adecuadamente a los profesores, luego harán una experiencia piloto y finalmente quedará estructurada en la ESO no sé si para 2010 o 2011. Lo que yo me pregunto es si pasará por lo que han pasado otras: partidos políticos, comunidades autónomas, organizaciones de madres y padres de alumno... que se posicionarán a favor o en contra, esgrimirán sus argumentos, exigirán modificaciones, decidirán darlas en inglés o en esperanto, harán objeciones de conciencia o presentarán recursos ante el juzgado de instrucción o el tribunal constitucional. Una muestra de la acción o actuación del Estado Democrático de Derecho en que vivimos, por supuesto, pero ya he comentado en alguna ocasión que para el tema de la educación hace falta un pacto a nivel nacional, con todas las partes implicadas y de donde salga algo duradero; no se puede estar cambiando el sistema educativo cada cuatro años o reformándolo cada año para volver locos a los estudiantes.
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