El último zarpazo de la crisis afecta a los bancos; nos habían asegurado una y otra vez que el sistema financiero español estaba sano, era fiable y resistiría la crisis. Y de pronto, de la noche a la mañana (al menos para nosotros), la cuarta entidad financiera del país resulta que está en la ruina y se le va a inyectar dinero público por valor de entre siete mil y diez mil millones de euros. (Aunque la cosa no debe ser tan grave, porque no paran de decirnos, a la par, que la entidad tiene futuro y que no hay problema, lo cual no hay quien lo entienda)
La cifra no deja de ser escalofriante, máxime cuando coincide con lo que se ha recortado, o se va a recortar, en sanidad y educación; según se miren las cosas es para agarrar un cabreo de órdago, porque aún admitiendo que esto sea necesario para que todo el tinglado no se venga abajo, los ahorradores no tengan problemas y el crédito fluya, lo que no es de recibo es el dineral que ganan los equipos directores de estos bancos para que ahora tengamos que ir el grueso de los ciudadanos, especialistas en hacer encaje de bolillos con el sueldo o la prestación para llegar a fin de mes, los que tengamos que cargar con sus errores e ir a salvarles el cuello.
Sueldos de tres o cuatro millones de euros al año (que no sé qué es lo que hacen para merecer un sueldo tan alto), creo que no son los más adecuados para gente que a la postre ha hecho una gestión desastrosa. En cualquier empresa que ocurriese esto todo se iría al garete y de dinero público nada de nada.
Va siendo hora de que en éste país se empiecen a regular los sueldos de otra manera. Y que el dinero público inyectado sea devuelto a las arcas públicas y con intereses
La cifra no deja de ser escalofriante, máxime cuando coincide con lo que se ha recortado, o se va a recortar, en sanidad y educación; según se miren las cosas es para agarrar un cabreo de órdago, porque aún admitiendo que esto sea necesario para que todo el tinglado no se venga abajo, los ahorradores no tengan problemas y el crédito fluya, lo que no es de recibo es el dineral que ganan los equipos directores de estos bancos para que ahora tengamos que ir el grueso de los ciudadanos, especialistas en hacer encaje de bolillos con el sueldo o la prestación para llegar a fin de mes, los que tengamos que cargar con sus errores e ir a salvarles el cuello.
Sueldos de tres o cuatro millones de euros al año (que no sé qué es lo que hacen para merecer un sueldo tan alto), creo que no son los más adecuados para gente que a la postre ha hecho una gestión desastrosa. En cualquier empresa que ocurriese esto todo se iría al garete y de dinero público nada de nada.
Va siendo hora de que en éste país se empiecen a regular los sueldos de otra manera. Y que el dinero público inyectado sea devuelto a las arcas públicas y con intereses
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