La idea de instalar un ascensor al espacio ya ronda en las mentes científicas que pululan por nuestro planeta desde 1895, (un físico ruso concibió la idea) aunque el tema, tal y como se conoce actualmente, fuera diseñado por un ingeniero, también ruso, en 1960. Yo no tenía ni idea de tal proyecto (tan solo había visto una idea precursora en la escena final de la película española sobre San Valentín, de allá de los años cincuenta o sesenta, cuando el santo, terminada su misión en la tierra, se monta en un ascensor y este despega hacia el espacio), así que después de ver la noticia en la red eché un vistazo a la Wikipedia, y ahí está todo.
De momento ya saben el “como” construirlo, porque cuando fue ideado hace cincuenta años no existían los materiales que pudieran soportar la enorme tensión de su propio peso; actualmente esto parece ser que ya no representa un problema, con los nanotubos de carbono, por lo cual el proyecto va tomando forma. Pero todavía no se sabe el “cuando”, porque la economía mundial no está hoy para dispendios aeroespaciales, toda vez que la repercusión en forma de grandes beneficios para la humanidad no está muy clara a corto plazo.
Yo aún añadiría que tampoco sabemos él “para qué”; sinceramente, creo que no estamos como para hacer turismo por el espacio y, aunque el ascensor espacial evitaría los grandes dispendios económicos cada vez que se lanza una nave al espacio, no le acabo de ver como un sustituto de dichas naves y mucho menos gastarnos esa estela de dólares que supondría el proyecto tal y como están las cosas aquí abajo.
De momento ya saben el “como” construirlo, porque cuando fue ideado hace cincuenta años no existían los materiales que pudieran soportar la enorme tensión de su propio peso; actualmente esto parece ser que ya no representa un problema, con los nanotubos de carbono, por lo cual el proyecto va tomando forma. Pero todavía no se sabe el “cuando”, porque la economía mundial no está hoy para dispendios aeroespaciales, toda vez que la repercusión en forma de grandes beneficios para la humanidad no está muy clara a corto plazo.
Yo aún añadiría que tampoco sabemos él “para qué”; sinceramente, creo que no estamos como para hacer turismo por el espacio y, aunque el ascensor espacial evitaría los grandes dispendios económicos cada vez que se lanza una nave al espacio, no le acabo de ver como un sustituto de dichas naves y mucho menos gastarnos esa estela de dólares que supondría el proyecto tal y como están las cosas aquí abajo.
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