El Shaft que yo recuerdo es el detective privado que pululaba por la televisión allá por 1979, interpretado por Richard Roundtree; sin embargo, anteriormente a esta serie había habido ya una novela (que originó la saga) y tres películas, a la que se ha añadido ahora una cuarta, interpretada por Samuel L. Jackson, un thriller donde el famoso detective ahora es policía empeñado en una lucha sin cuartel por meter entre rejas a un asesino que, a la inversa, quiere liquidarle a él.
Shaft era elegante, astuto y sobre todo, transgresor, algo que daba no pocos quebraderos de cabeza al sargento Rossi, el poli de turno que le ayudaba en sus casos. Cumplió su papel de “héroe justiciero” a la perfección, los domingos por la noche en aquella tele en blanco y negro que fue durante muchos años la ventana de nuestros hogares hacia el mundo que nos querían dejar ver.
Shaft era elegante, astuto y sobre todo, transgresor, algo que daba no pocos quebraderos de cabeza al sargento Rossi, el poli de turno que le ayudaba en sus casos. Cumplió su papel de “héroe justiciero” a la perfección, los domingos por la noche en aquella tele en blanco y negro que fue durante muchos años la ventana de nuestros hogares hacia el mundo que nos querían dejar ver.
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