Domingo, doce de la mañana; la calle está en calma. Se nota el ambiente de los domingos; es un día en el que no hay bulliciosa actividad. Los que tienen la suerte de trabajar están descansando; para los parados es un día más como otro cualquiera. La rueda del comercio se detiene (no del todo); se aprovecha el día para hacer chapuzas en casa, dar un paseo por el campo, leer blogs o vernos en los bares, como dice Salus…
Es un pequeño paréntesis semanal en el devenir de una sociedad engullida por el stress; somos esclavos del reloj, hemos cogido una aceleración vertiginosa en nuestra vida. Los problemas nos van golpeando uno tras otro a lo largo de la semana, la presión aumenta, nuestro organismo digiere los dimes y diretes de la existencia aderezados con prisas, nervios y tensión; seguro que en medio de éste mare-magnum que nos azota hemos deseado alguna vez ser como esa gente tranquila que todos hemos visto en ocasiones, gente que no se alteran por nada, que tiene nervios de acero, a la que da igual tener detrás a siete o a setenta esperando que den un paso… ¿Cuál es el truco? ¿O acaso eso se lleva en la sangre? Hace poco tiempo un artista decía en televisión que hay artistas que nacen y otros que se hacen y que estos últimos eran "obreros del arte". Me parece que con la tranquilidad no es igual; o, por lo menos, por más que lo intento, no consigo esa "tranquilidad" de la que he hablado.
Es un pequeño paréntesis semanal en el devenir de una sociedad engullida por el stress; somos esclavos del reloj, hemos cogido una aceleración vertiginosa en nuestra vida. Los problemas nos van golpeando uno tras otro a lo largo de la semana, la presión aumenta, nuestro organismo digiere los dimes y diretes de la existencia aderezados con prisas, nervios y tensión; seguro que en medio de éste mare-magnum que nos azota hemos deseado alguna vez ser como esa gente tranquila que todos hemos visto en ocasiones, gente que no se alteran por nada, que tiene nervios de acero, a la que da igual tener detrás a siete o a setenta esperando que den un paso… ¿Cuál es el truco? ¿O acaso eso se lleva en la sangre? Hace poco tiempo un artista decía en televisión que hay artistas que nacen y otros que se hacen y que estos últimos eran "obreros del arte". Me parece que con la tranquilidad no es igual; o, por lo menos, por más que lo intento, no consigo esa "tranquilidad" de la que he hablado.
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