En cierta ocasión escribí, acerca de las exploraciones espaciales en busca de vida en otros mundos, que en este mundo, en determinadas regiones, es donde hay vida y que se estaba marchando a borbotones mientras nos gastábamos miles de millones en averiguar si “allá arriba” alguien nos vigila, cosa que, dicho sea de paso, a la postre, no es algo que deba quitarnos el sueño: si están que vengan y los recibiremos como se merecen.
Hace unos días, cuando he leído la entrada “curiosidades” en el blog ASI ME LO CONTARON, y he descubierto que la NASA se gasto doce mil millones de dólares para desarrollar un bolígrafo con el que poder escribir en el espacio me he quedado de piedra; he tenido que releer varias veces para asegurarme que no me había equivocado en la cifra.
Me parece que esto supera al aparato ese que en Europa trata de averiguar si somos creación divina o venimos del big bang y creo que ha llegado la hora de decir que, en un ámbito u otro, nos gastamos el dinero en pamplinas mientras las cosas verdaderamente importantes se quedan desatendidas.
Hace unos días, cuando he leído la entrada “curiosidades” en el blog ASI ME LO CONTARON, y he descubierto que la NASA se gasto doce mil millones de dólares para desarrollar un bolígrafo con el que poder escribir en el espacio me he quedado de piedra; he tenido que releer varias veces para asegurarme que no me había equivocado en la cifra.
Me parece que esto supera al aparato ese que en Europa trata de averiguar si somos creación divina o venimos del big bang y creo que ha llegado la hora de decir que, en un ámbito u otro, nos gastamos el dinero en pamplinas mientras las cosas verdaderamente importantes se quedan desatendidas.
1 COMENTARIOS:
Pues sí, mucho dinero. Pero lo que me llamó más la atención, es que después de tanto derroche y tiempo (10 años nada más y nada menos); los rusos habían usado un lápiz, de los de toda la vida.
Gracias por navegar por mi blog.
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