"GORDO Y COLORAO"

Cuando yo era un infante, en las postrimerías de los tiempos del hambre, la expresión: "Ese se nota que vive bien; está gordo y colorao", era algo corriente y moliente. Estar gordo y sonrosadito era síntoma de que no se pasaba hambre, de que se vivía bien.
Mucho han cambiado las cosas hasta el día de hoy, donde la obesidad, en vez de un síntoma de buena vida es un problema que a veces se convierte en enfermedad peligrosa.
En aquellos tiempos la gente se moría porque le había "dado un aire" (lease subida de azucar, infarto, colesterol o cualquier otra enfermedad que hoy se trata y se controla sin muchas complicaciones pero que entonces no tenían ni idea de lo que era).
Dejando de lado el hecho de que se fue el tiempo del hambre y, entrados en la era del bienestar social, se hace necesaria (siempre ha lo ha sido) una alimentación sana, saludable y equilibrada, tarea nada fácil en ésta época en que nos ha tocado vivir donde el mercado está inundado de comida no apropiada y donde, a lo largo del año, tenemos repartidas una serie de fiestas, con las navideñas que se avecinan, donde el régimen se deja de lado, por acción un omisión.
No perdamos de vista la dieta mediterránea.