Los motivos: que el nombre que tiene actualmente no representa la realidad del centro, que hace referencia a un contexto social diferente y a un personaje que no tiene repercusión alguna en la historia educativa del pueblo.
Como antiguo alumno del mismo, no me gustaría que se cambiara el nombre, simplemente porque es ese nombre el que está grabado en mi mente y en mi corazón, no por el personaje en sí. Mi etapa en el "Padre Muriel" fue en la época de la dictadura y la transición; por aquel entonces y durante años después yo no había reparado en “quien” podía ser el señor Muriel ni le había echado cuenta. Luego, como aficionado a la historia y, como tal, buscador de los orígenes y motivos de los nombres, circunstancias o situaciones de mi pueblo, pregunté por él, con lo cual supe que había sido cura en Benalup durante bastante tiempo y, por supuesto, la opinión sobre su persona estaba (y supongo que estará) dividida: para unos fue una buena persona, para otros, un miembro más del aparato de la dictadura. Las cosas son según
la visión particular de cada cual en base a su experiencia o la de sus allegados.
Pienso que la comunidad educativa (la del “Padre Muriel” y la del resto de centros de España) tienen problemas más graves, profundos y urgentes que resolver, que el cambio de nombre de un centro y creo (no sé si estaré equivocado), que el cambio no aportará nada significativamente positivo para alumnos o profesores todo ello no quiere decir que no sea legítima la propuesta de cambio de nombre.
En todo caso, polémicas aparte, la decisión será democrática, tomada por mayoría absoluta, con lo cual, aquí estamos, dispuestos para acatar lo que decida esa mayoría.
Después de escribir estas líneas, he visto la opinión del ex-director, Juan Antonio Aguilera, en el Blog de Salus; también fue mi director durante algún tiempo en mi paso por el colegio. Curiosamente, coincidimos en una parte del tema: que tenemos otras preocupaciones más perentorias que el cambio de nombre.
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