Ya hemos comentado en este Blog como los vientos de cambio nos quitaron un planeta, transformaron el Padre Nuestro o nos dijeron que PI no es lo que era; estaba claro que la Navidad no iba a poder eludir esos vientos de cambio y el huracán transformador le ha dado de lleno últimamente.
Lo primero ha sido lo de la mula y el buey; la supresión de estos animalitos del portal de Belén ha hecho circular la correspondiente viñeta por la red (a causa de la crisis ha habido un ere en el portal y la mula y el buey, cesantes, buscan trabajo, acreditando más de dos mil años de experiencia en estas lides).
Lo último ha sido el descubrimiento de que los Reyes Magos eran andaluces; como no podía ser menos, también circula una viñeta en la cual le echan la bronca a Baltasar, frente al cual aparece una pila de cajas y su compañero recriminándole: "Baltasar, lo que tenías que traer era Mirra... Mirra, y no Birra".
Así que este año habrá que cambiar los villancicos y en vez de decir "Olé Olé Holanda, Holanda ya se ve" (que tampoco está muy documentado ese paseo de los Reyes por la Unión Europea en su camino hacia Palestina) pues habrá que cantar "Olé olé Antequera, Antequera ya se ve".
Eso sí, pueden tener la completa y absoluta seguridad de que a la flor y nata de nuestros dirigentes políticos no les afectan los vientos de cambio; la nave (léase España) se sigue hundiendo y ellos lo único que hacen es seguir discutiendo sobre cosas como el idioma en que van a decir, cuando los olas ya pasen por encima y sea demasiado tarde: ¡Sálvese quien pueda!
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