CARTELES

El año pasado, año de crisis donde los haya, una noticia aparecida en un periódico (no recuerdo de que tendencia), trajo a mi mente un tema que yo aún no había tratado en éste blog, pero al que le había dado vueltas en alguna que otra ocasión.
Se trata de los carteles informativos que existen en las obras que se realizan en cualquier lugar por parte de la administración, donde se exponen datos como quien las financia, el importe de las mismas, el plazo de ejecución o la empresa que las realiza.
La noticia en cuestión denunciaba un despilfarro de cuatro mil quinientos euros (tres carteles a mil quinientos euros cada uno), en un polideportivo madrileño en el que se gastaron 478.000 euros para hacerle un lavado de cara.
A priori, lo que toca pensar es que, en efecto, esto es un despilfarro, porque no creo yo que a los ciudadanos nos interesen todos esos datos, y menos sabiendo que el hecho de que podamos leer esos cuatro datos cuesta un pastón.
Pero, como nunca llueve a gusto de todos, es obvio que el empresario y los trabajadores que han hecho esos carteles, si estarán de acuerdo en que se pongan, porque significan beneficios para la empresa y trabajo para los trabajadores.
Es una muestra de como todo está entrelazado en el panorama económico, es la pescadilla que se muerde la cola: si tocas en un lado se deshace otro, así que no es de extrañar que muchas veces los políticos caminen por la senda de la pasividad, sin hacer nada, porque, si hacen algo, otro "algo" se les descuadra y les causa grandes dolores de cabeza.