Con el atraso del reloj una hora nace el día más largo del año; es una “costumbre” que tiene ya más de treinta y cinco años y el objetivo, según nos han dicho siempre, y parece que tiene su lógica, es el ahorro de energía (trescientos millones de euros, más o menos, con el horario de verano).
La parte “mala” nos llega ahora; el cambio de horario significa una brusca reducción de las horas de luz, a las seis de la tarde ya es prácticamente de noche, lo cual reduce las actividades al aire libre (más saludables),por no hablar de la tristeza y el mal humor que, dicen, nos traen los días más sombríos.
Con ésta premisa no es de extrañar que se hayan alzado voces científicas demandando el cese del cambio de horario, ya que, si bien supone un ahorro en el tema económico, puede significar un deterioro de nuestra salud.
Para alguna gente que conozco, el reloj se les pondrá en hora automáticamente, porque cuando llegó el verano no lo cambiaron; nunca lo cambian. Son rebeldes que no han aceptado el cambio de hora; no se como se las habrán apañado para sus trabajos y sus citas, pero lo cierto es que, aunque sea por diferentes motivos, coinciden con los científicos en que el cambio de hora no debería existir. De hecho creo que hace unos años concluía esta directriz de la Unión Europea (no recuerdo si he escrito antes sobre esto) pero la han prorrogado… no se hasta cuando.
En fin, ajusten los relojes, que somos esclavos de ellos.
La parte “mala” nos llega ahora; el cambio de horario significa una brusca reducción de las horas de luz, a las seis de la tarde ya es prácticamente de noche, lo cual reduce las actividades al aire libre (más saludables),por no hablar de la tristeza y el mal humor que, dicen, nos traen los días más sombríos.
Con ésta premisa no es de extrañar que se hayan alzado voces científicas demandando el cese del cambio de horario, ya que, si bien supone un ahorro en el tema económico, puede significar un deterioro de nuestra salud.
Para alguna gente que conozco, el reloj se les pondrá en hora automáticamente, porque cuando llegó el verano no lo cambiaron; nunca lo cambian. Son rebeldes que no han aceptado el cambio de hora; no se como se las habrán apañado para sus trabajos y sus citas, pero lo cierto es que, aunque sea por diferentes motivos, coinciden con los científicos en que el cambio de hora no debería existir. De hecho creo que hace unos años concluía esta directriz de la Unión Europea (no recuerdo si he escrito antes sobre esto) pero la han prorrogado… no se hasta cuando.
En fin, ajusten los relojes, que somos esclavos de ellos.
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