Allá por la década de los setenta, televisión española emitió un programa titulado “¿Dónde van los españoles, donde van los Botejara?” (Una reflexión sobre la España de entonces tomando como base la vida de la familia Botejara). En la canción-sintonía de cabecera de aquel programa se podían escuchar, entre otros, los siguientes versos: “Hubo en España una guerra/que como todas las guerras/ganase quien la ganase/la perdieron los poetas”.
Hoy, cuarenta años después, haciendo una reflexión sobre la vida de los españoles, sin necesidad de ninguno de los programas que pululan por todas las cadenas contándonos la vida de la gente, podemos acuñar otra frase que quedará para la historia: “Hubo en España una crisis/que como todas las crisis/la provocase quien la provocase/la pagaron los obreros.”
Dentro de la cantidad de medidas que se proponen para salir de la crisis o para paliarla, que todas se reducen a “hay que reestructurar el mercado laboral y tomar medidas para activar la economía”, pero nadie dice cual sería esa reestructuración ni cuáles serían esas medidas, ayer, la patronal, que ya dijo hace tiempo que no querían el despido libre, puso en la mesa una propuesta de contrato para los jóvenes con los siguientes parámetros (si no escuché mal, que a mí la memoria me da un poco la lata, pero el oído lo tengo fino todavía):
- SALARIO MINIMO
- SIN COTIZACION A LA SEGURIDAD SOCIAL.
- SIN DERECHO A PARO.
- SIN DERECHO A INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.
Es una manera de decirle al joven que entra en el mercado de trabajo lo que le espera a lo largo de su “vida laboral”.
Y, por supuesto, es una manera de certificar que, aquí, sea quien sea el responsable de las crisis, los problemas económicos o los despilfarros, la solución se carga sobre los trabajadores recortando sus derechos. Para colmo, los bancos que originaron parte de la catástrofe, rescatados con dinero público, ahora exigen y dirigen el cotarro, igual que antes.
Todo un poema de guerra económica que los obreros han perdido una vez más.
Hoy, cuarenta años después, haciendo una reflexión sobre la vida de los españoles, sin necesidad de ninguno de los programas que pululan por todas las cadenas contándonos la vida de la gente, podemos acuñar otra frase que quedará para la historia: “Hubo en España una crisis/que como todas las crisis/la provocase quien la provocase/la pagaron los obreros.”
Dentro de la cantidad de medidas que se proponen para salir de la crisis o para paliarla, que todas se reducen a “hay que reestructurar el mercado laboral y tomar medidas para activar la economía”, pero nadie dice cual sería esa reestructuración ni cuáles serían esas medidas, ayer, la patronal, que ya dijo hace tiempo que no querían el despido libre, puso en la mesa una propuesta de contrato para los jóvenes con los siguientes parámetros (si no escuché mal, que a mí la memoria me da un poco la lata, pero el oído lo tengo fino todavía):
- SALARIO MINIMO
- SIN COTIZACION A LA SEGURIDAD SOCIAL.
- SIN DERECHO A PARO.
- SIN DERECHO A INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.
Es una manera de decirle al joven que entra en el mercado de trabajo lo que le espera a lo largo de su “vida laboral”.
Y, por supuesto, es una manera de certificar que, aquí, sea quien sea el responsable de las crisis, los problemas económicos o los despilfarros, la solución se carga sobre los trabajadores recortando sus derechos. Para colmo, los bancos que originaron parte de la catástrofe, rescatados con dinero público, ahora exigen y dirigen el cotarro, igual que antes.
Todo un poema de guerra económica que los obreros han perdido una vez más.
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