EL DUELO SUSPENDIDO

El pasado sábado estuve en el cine; no acostumbro a ir con frecuencia (quizás una vez o dos al año) y me alegra ver que las nuevas tecnologías han influido también en el séptimo arte y podemos ver las películas con una calidad de imagen y sonido extraordinarios. Afloraron los recuerdos de aquellas películas que veía cuando joven en el cine de Benalup y vino a mi mente lo ocurrido en cierta ocasión durante la proyección de una película.
Era una película del oeste. Por aquel entonces las películas venían en tres rollos; el operador se confundió y no los proyectó en el orden correcto, de tal forma que el hilo de la película lo perdimos en más de una ocasión. Como guinda final, se avecinaba un duelo entre dos de los protagonistas; el típico duelo de las películas del oeste, con la música escénica y los pistoleros acercándose lentamente, las manos cerca de los revólveres, la mirada fija en el contrario... De pronto se acabó el rollo y la pantalla se quedó en blanco. Se encendieron las luces; nos mirábamos unos a otros desconcertados... se fue corriendo la voz de que la película había terminado y, por fin, fuimos abandonando la sala, sin comprender muy bien el psicológico final de una película que debía terminar a tiros y no con un anteproyecto de desafío. Y no lo comprendimos hasta que meses más tarde nos enteramos de lo de los tres rollos de películas y su alteración numeral. En este caso, el orden de los factores sí alteró el producto.