Cuenta Azaña en sus diarios que a veces llamaban al palacio del presidente de la república y contestaba el mismo Alcalá Zamora, con su inefable acento andaluz: ¿quiené?
Mire usted por donde, ochenta años después, curiosidades de la vida, y sin más relación (a priori) entre una cosa y otra que el hecho de que ambas noticias se han cruzado al mismo tiempo en mi disco duro, hay un ministro que presuntamente quiere corregir el acento andaluz. La cosa no pasaría de soltarle una andanada al más puro estilo andaluz ( como se le dijo a aquellos catorce señores reunidos pa tratar de importantes cuestiones que pretendían cambiarle el nombre a Cádiz-¡la de señores que hay reunidos pa tratar de "importantes cuestiones" y mire usté que gracia con lo que me salen!) y a otra cosa, si "la cosa" (aquí si vale la redundancia), no estuviera como está. A mi no dejan de sorprenderme cada día, y esto ya me suena un poquito a cachondeo, o a generar conflictos triviales para distraernos del principal problema: seis millones de parados, españoles emigrando al extranjero, personas desahuciadas, suicidios por desahucios, corrupción general destapada cada día a golpe de prensa y de orden judicial, privilegios a manta que no solo se mantienen, sino que se elevan, políticos de cartón-piedra que solo saben decir lo que le escriben en un papel, recortes a mansalva a los que menos culpa tienen de la crisis... o sea, un cromo de país... y al señor ministro no se le ocurre nada más provechoso en medio de este desbarajuste que corregir el acento a toda una comunidad autónoma; que gran idea..., mientras, los billetes de algunos vuelan o han volado al extranjero y los grandes y graves problemas que tenemos... bueno... eso ya, si eso, ya lo vamos viendo.
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