Hace pocos días ha sido noticia en los medios de comunicación el discurso de una mujer ante el pleno del Ayuntamiento de Cádiz, reclamando a los políticos soluciones a los problemas cotidianos de la gente; en el caso concreto de ella, la concesión de una simple licencia para poder vender en un mercadillo artículos de fabricación propia y poder dar de comer a sus hijas.
Yo ya he comentado en una entrada en este blog que estoy harto de políticos de "cartón-piedra", que solo saben decir lo que una legión de asesores (pagados por nosotros) les escribe en un papel. El caso de esta señora me trae a la mente otro caso que conozco; se trata de un hombre que, por enfermedad, no ha podido trabajar(y por lo tanto no ha podido tampoco cotizar) en su vida. Siempre se ha buscado la vida como ha podido, habitualmente con venta ambulante por los pueblos, algo que aún hace a veces, aunque ya menos por causa de la edad, para complementar su pensión no contributiva.
Ganarse la vida así es, de facto, convertirse en delincuente y verse perseguido por la policía, ya que se está realizando una actividad ilegal, aparte de una competencia desleal a los comerciantes que, asentados en esos pueblos, pagan todo tipo de impuestos.
Consciente de ello, este hombre alquiló un local en nuestro pueblo, se dio de alta, y comenzó a vender en toda regla lo que antes vendía de forma ambulante; el resultado fue que, apenas había transcurrido el primer mes, ya tuvo que cerrar. Los impuestos, los seguros sociales y el alquiler, se llevaron más dinero de lo que había ganado.
Y ahora yo pregunto a toda esa legión de políticos que tenemos, a todos esos altos cargos de ministerios y consejerias, a todos esos ministros, consejeros, secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y demás, de grandes sueldos y grandes prebendas: no son ustedes capaces de arbitrar un sistema de pagos, para que esta gente que se gana así la vida lo haga legalmente? ¿No son ustedes capaces, con su multitud de asesores, idear un plan para que un vendedor ambulante pueda ejercer su actividad, su forma de vida, sin ser un delincuente? Pues yo, que no entiendo de política un cuarto y de economía menos les digo que es tan fácil como ésto: ¿Usted que quiere, vender productos de forma ambulante en nuestra población? Pase usted por caja; vamos a ver lo que usted lleva y respecto a su valor en mercado va a usted a pagar IRPF, Seguridad Social y demás impuestos. Cuando usted termine, vuelva por aquí, si no lo ha vendido todo, y quiere, y ajustamos cuentas. Y si quiere usted vender mercancía comestible, tendrá que poner los medios necesarios para mantener esa mercancía higiénica y en condiciones saludables. No hace falta que se compre usted un camión frigorífico, pero si un recipiente adecuado.
Tan fácil como eso; los vendedores ambulantes no serían tratados como delincuentes y no trabajarían con el miedo de ser descubiertos por la policía y ver confiscada su mercancía, solo por tratar de ganarse su sustento, y las arcas del estado ingresarían; poco, pero ingresarían. Aunque claro, tal vez ingresarían en un mes lo que pueden ingresar en minuto con una simple multa a esa persona por venta ilegal. Y así se ahorran costes de producción (personal que verifique la mercancía, y cobre, y demás), que hay muchos sueldazos que pagar.
En fin, toda esta historia, una más, se une al cúmulo de despropósitos de que vienen haciendo gala aquellos que nos dirigen, a los que nosotros elegimos y que nos ignoran olímpicamente, a pesar de (....). (Pueden meter en el paréntesis anterior todo lo que consideren que han hecho o hacen bien.)
Se está afianzando una versión del despotismo ilustrado: TODO PARA EL PUEBLO, PERO SIN EL PUEBLO. Aunque claro, ahora la frase necesita cierta modernización: TODO PARA NOSOTROS, ALGO PARA EL PUEBLO... y el final de la frase sigue igual, por supuesto: ...PERO SIN EL PUEBLO.
1 COMENTARIOS:
Buen post. Felicidades
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